Lectura bíblica: 1 Samuel 17:
31-37.
En el 2015, mi hijo George David participó de un proyecto del Centro
Ambiental Santa Ana en Bayamón, sobre proveer experiencias a los estudiantes de
conocer y disfrutar los bosques de Puerto Rico. Visitaron el bosque en el
parque Julio E. Monagas de Bayamón durante el día y durante la noche. También
fueron al parque nacional “El Yunque”. Aprendieron a tomar fotografías, conocer
los animales nocturnos, conectarse con la naturaleza; en fin, una experiencia
única. En noviembre de ese año, hubo una actividad de reconocimiento por su
participación en el Jardín Botánico de la Universidad de Puerto Rico en Río
Piedras y para allá fuimos nosotros…
Nos estacionamos y cuando bajamos, el lugar era
hermoso. Había muchos árboles y los chicos comenzaron a correr por todo aquello.
¡Qué mucha energía! De pronto, veo a un hombre mayor, caminando con su andador.
Los chicos pasaron por el lado de él corriendo, me preocupé por la seguridad
del hombre. Lo vi tan frágil y a mis hijos con tanta fuerza. Sin embargo, el
hombre caminaba con seguridad y firmeza. Pensé que era uno de los abuelos de
los chicos que participaron del proyecto.
Una vez en la actividad, descubro que el hombre mayor en el andador era
nada más y nada menos
que el pensador de ese y de muchísimos otros proyectos
que se desarrollaron en Puerto Rico desde la década de los ‘40 para preservar y
dar a conocer a la niñez las bellezas de la naturaleza de Puerto Rico. Su
nombre es el Señor Frank Wadsworth.
Múltiples emociones sentí cuando me di cuenta quien era. Aquel hombre
que parecía tan frágil, era uno de los grandes preservadores de los ecosistemas
de Puerto Rico. Desde muy joven llegó a Puerto Rico y ayudó a reforestar la
Isla, impartir conocimiento científico sobre los recursos naturales de PR y a
desarrollar la investigación. Con casi 100 años (los cumplía en esos días) seguía
trabajando y el Jardín Botánico de Río Piedras era su casa.
Esta experiencia me hizo pensar que las apariencias engañan. A veces
juzgamos una persona por su físico, edad o personalidad. “Es muy callado”, o,
por el contrario, “es muy escandaloso”. Si bien es cierto que las expresiones
corporales y verbales dicen mucho de una persona, no es menos cierto, que
muchas veces erramos en llegar a conclusiones sobre una persona por sólo
conocerla la primera vez. Cuando David se ofreció para pelear contra el gigante
Goliat, Saúl le dijo que no podía ir contra él porque era muy joven y al
parecer, inexperto (1 Samuel 17:33).
Saúl desconocía la experiencia que tenía David al defender sus ovejas (v.34-35). David le menciona al rey que
su fuerza mayor está en Dios (v.37).
La historia nos cuenta como un joven confió en Dios y venció a un gigante. David
fue más allá de lo que los ojos veían.
Con esta reflexión deseo honrar la figura de Don Frank Wadsworth,
pionero en la conservación ambiental de Puerto Rico y que muchos desconocíamos.
También quiero comenzar a reflexionar sobre este asunto de juzgar por las
apariencias que quisiera ampliar en la próxima ocasión.
También escúchalo hablar en: https://www.youtube.com/watch?v=RR8geFyoB5k