miércoles, 30 de noviembre de 2022

Acción de gracias todos los días



En estos días pasados, tuvimos el tiempo de acción de gracias. Disfruté las actividades, la familia, la comida; ¡me encantan los colores de la temporada! También me puse a pensar como el ejercicio de agradecer es ahora parte de mi vida.

En la escuela donde trabajo, de vez en cuando regalan algún detalle a los maestros. Un café, una manzana, una dona. ¡Qué bien se siente cuando el comité de padres nos prepara un desayuno agradeciéndonos por todo el trabajo que hacemos! Frecuentemente la principal nos envía un correo electrónico agradeciendo el arduo trabajo realizado durante la semana.

Una tarde Génesis jugaba en casa con su amiga y tenían hambre. Yo había cocinado y George les sirvió la comida mientras yo trabajaba en la computadora. Mientras subía la escalera, Génesis se detuvo y me dijo: “gracias mami por la comida”. Fue gratificante escucharla porque el esfuerzo que yo puse en cocinar, Genesis lo vio y fue agradecida.


Sin exagerar, siento que dar y recibir las gracias, es como un refrigerio para el alma. Los otros días George David lavó los trastes el día que tenía asignado. Yo estaba tan atareada, que fue un alivio una tarea menos que hacer. Suspiré: “¡Gracias, George David!” Tanto el dar gracias, como el recibirlas, es un ejercicio de solidaridad, de humanidad. Es como decirle a otro: “veo el valioso trabajo que haces”.

El libro de los salmos es popular y a muchas personas les gusta leerlo casi todos los días como parte de su devocional. Muchos salmos son hermosos y edificantes. Muchos, muchos salmos son cánticos de agradecimiento. Es interesante que a la gente les guste este libro y una de sus principales temáticas es el ser agradecido.

Mi salmo preferido con este tema es el salmo 103. Yo sé que hay mejores versiones que la Reina Valera, pero me gusta mucho la forma poética que presenta está versión:

103 Bendice, alma mía, a Jehová,

Y bendiga todo mi ser su santo nombre.

Bendice, alma mía, a Jehová,

Y no olvides ninguno de sus beneficios.

Él es quien perdona todas tus iniquidades,

El que sana todas tus dolencias;

El que rescata del hoyo tu vida,

El que te corona de favores y misericordias;

El que sacia de bien tu boca

De modo que te rejuvenezcas como el águila.

 

Aquí está parte del Salmo 103 en la versión, Traducción en Lenguaje Actual:


103 
¡Con todas las fuerzas de mi ser
alabaré a mi Dios!

¡Con todas las fuerzas de mi ser
lo alabaré y recordaré
todas sus bondades!
Mi Dios me perdonó
todo el mal que he hecho;
me devolvió la salud,
me libró de la muerte,
¡me llenó de amor y de ternura!
Mi Dios me da siempre todo lo mejor;
¡me hace fuerte como las águilas!

                     (Ambas versiones fueron tomadas de https://www.biblegateway.com)

¡Que palabras maravillosas del salmista! Enumera tantas razones para alabar y agradecer a Dios. El psicólogo Jordan Peterson menciona que el ejercicio de agradecimiento es esencial para superar la depresión y para aprender a ver la vida de una forma más positiva, independientemente como nos sintamos.


La temporada de festejo de acción de gracias terminó; pero dar gracias a Dios, a nuestra familia, vecinos, compañeros de trabajo o estudios, es un ejercicio que se debe practicar todos los días. Ayuda a nuestra salud mental y nos acerca hacia Dios. Yo lo he hecho parte de mi vida. Te invito a que lo hagas parte de la tuya.

Escucha sobre este tema en la reflexión de Joyce Meyer (en inglés):

Be Thankful and Say So

domingo, 27 de febrero de 2022

¿Hacia dónde van nuestras resoluciones?



Hace poco leía en las redes sociales, que muchas resoluciones que la gente hace a principio de año; a mediados de marzo (en promedio) muchos las olvidan. Muchos ponen a un lado las resoluciones que hicieron. El artículo recomendaba que este era el momento que repasáramos aquellas resoluciones o metas que habíamos impuesto para motivarnos a lograrlas.

Recuerdo que, en el año nuevo del 2019, Dios me había dado la palabra de Santiago 1:9: “Pronto para escuchar, tardo para hablar y tardo para airarse.” Desde ese momento, me hice el propósito de aplicarlo. ¡Cuánto me ha costado ponerlo en práctica! Yo soy muy rápida para hablar y muy pronta para enojarme. Yo pensaba que, porque ahora tengo que hablar inglés, el problema de hablar demasiado lo había superado. ¡Ni soñarlo! No puedo creer como me las arreglo para hablar y explicar demasiado, aunque no sea en mi lenguaje materno.

Sin embargo, he tenido pequeñas victorias de “morderme la lengua”, cuando me muero por hablar o justificarme. Estoy aprendiendo a detenerme a escuchar y no explotar como un volcán por cualquier cosa. Unos días son mejores que otros, pero sigo creciendo.

Hace poco participaba en una actividad de un grupo de mujeres de la iglesia en la que participo, “Ladies of Faith, Fun and Fellowship. Una de las actividades fue identificar y reflexionar en algunas maneras en como Dios ha mostrado su amor hacia nosotros en los últimos 6 meses. Yo escribí:

“Estoy aprendiendo a confiar en Dios. He aprendido que hay una parte que me toca hacer a mí. Sin embargo, Hay muchos momentos que olvido que todo está en sus manos y busco resolver las cosas ‘perfectas’ a mi manera. Luego me doy cuenta que yo no puedo arreglar las cosas, pero si puedo confiar en Dios en que él lo resolverá y nos ayudará. Dejo la situación en sus manos. Entonces, veo su milagro en pequeñas cosas como cuando apareció el dinero que necesitábamos para pagar aquello. En como Dios le ha dado fuerza e iluminación a George para continuar su disertación. O como Dios puso todo en su lugar durante el viaje de Débora, Nannette y Christian en casa. Disfrutamos y crecimos como familia. He visto como Dios me ha ayudado en la recuperación de la operación del oído.”

Entonces Celeni, nos pidió que hiciéramos una declaración a base de la experiencia que relatamos. Ese momento fue uno de pensar en lo que Dios ha hecho y afirmar que lo seguirá haciendo en el futuro. Esta fue mi declaración:

“Cuando enfrento situaciones que están fuera de mi control; yo declaro que estaré confiada y    tranquila porque Dios ha tomado control de la situación. Yo soy hija de Dios. Dios me ha dado la inteligencia y las habilidades para resolver situaciones. Sin embargo, él tomará en sus manos aquellas que no puedo resolver. Él es mi proveedor, mi sanador y el pegamento que une mi familia. Lo declaro en el nombre de Jesús, Amén.”

No sé que resoluciones o propósitos te pusiste para este año. No sé si las circunstancias te han desanimado lo suficiente para querer dejarlas atrás. Detente. Reflexiona en ellas por un momento. Piensa en lo bueno que es trabajar en ellas. Reflexiona en cómo Dios ha mostrado su amor hacia ti en estos últimos meses. Escríbelo. Haz tu declaración. Ponlo en la pared o en un lugar que lo veas. Dios es tu fuerza. Isaías 40:31