Lectura bíblica: Salmo
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Hace unas semanas atrás leí la triste
noticia de una joven profesional que se suicidó. Tenía un buen trabajo, vivía
en una ciudad muy conocida, podía viajar a donde quisiera, pero escribió una
nota a su madre que decía: “Lo siento, no puedo más con esta desesperanza que no
se va”. La muchacha parecía estar en depresión y no lo pudo manejar. Cuando leí
esta noticia de inmediato pensé escribir sobre mi experiencia porque yo viví en
depresión, pero el estigma que muchas veces tenemos sobre esta condición, puso
un freno en mí.
Sin embargo, hace unos días, un
amigo pastor puso en su muro de Facebook una exhortación a orar por los
pastores. Puso el enlace de una noticia de una joven pastora que se suicidó a
causa de la depresión que no pudo manejar. Luego encontré otras noticias
de otros 3 pastores en EU que se habían suicidado. El pastor hacía consciente,
que los pastores son humanos y que también necesitan una mano en el hombro y
palabras de aliento. Esta experiencia definitivamente me convenció de contar mi
historia.
Yo viví por más de 10 años con
depresión. Inmediatamente luego de dar a luz a mi primer bebé, vino un
sentimiento de inadecuacidad increíble. Era maestra de educación especial,
pastora de jóvenes, escribía lecciones bíblicas para un comité de mi
denominación y era estudiante de maestría. Era nueva como madre y como esposa.
Ese sentimiento de incompetencia ante tantas responsabilidades, y los problemas
económicos, hicieron que me alejara de la gente poco a poco. A veces me dejaba
ver, cumplía con mis tareas, pero me escondía. El sentimiento de estar en un
pozo, era cada vez mayor. Por muchos años peleé conmigo y con Dios porque yo
creía que orar y hacer las cosas correctamente, todo siempre saldría bien. Con esa idea y con el sentimiento de que
a todos le iba bien excepto a mí, quedé enredada en la tela de araña de la
amargura. (Escribí un poema sobre esta experiencia. Está en la reflexión de mi
blog del 25 de julio de 2018, El problema de la amargura). Luego de años
de luchas, aciertos y desaciertos, cada vez me di cuenta de que tenía muchas de
las características de la depresión. El siguiente enlace, de Medline plus, te
ofrece las características de la depresión: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/003213.htm.
Con el diagnóstico de depresión moderada y ansiedad, busqué tratamiento sicológico y acepté la realidad de usar
medicamento; aunque me sentía muy mal por ello. Porque ante los ojos de muchos
religiosos; yo estaba mal, porque “se supone que los cristianos no vayan a psicólogos ni reciban
tratamiento psiquiátrico”. Imagina como yo me sentía. También, sentía un peso adicional porque fui pastora y líder
cristiana.
Nada más lejos de la realidad,
porque los cristianos, pastores y líderes somos humanos. Tenemos sueños e
ideales que muchas veces se van al piso, aunque hayamos orado. Porque somos
seres emocionales que nos da coraje, envidia, celos, tristeza, desánimo y demás
sentimientos que te puedas imaginar. Porque somos de carne y hueso que nos
enfermamos y cansamos. Esa era la explicación que mi amigo pastor trataba de
expresar en Facebook. Es lo que yo experimenté en tantos años de lucha,
tratando de salir de un pozo que era imposible hacerlo sola. En el libro de los
Salmos, el salmista expresa sentimientos de depresión: Y dije: “¡Quién me diese alas
como de paloma! Volaría yo, y descansaría. Ciertamente huiría lejos; moraría en
el desierto.” Salmos 55:6-7
La diferencia es que aquellos que
creemos en Dios, recurrimos a él por auxilio; PERO, yo necesité tratamiento
sicológico y farmacológico. Los pastores de quien está relacionada las noticias,
no soportaron el empuje y claudicaron; porque eran humanos. Por eso, es tan
importante no quedarse callado. No te tragues tu dolor y tu depresión, porque
explotará dentro de ti.
cortesía: Elizabeth Acosta |
Dtb. Gracias por compartir. Me llena de fe y esperanza. Añado tambien que el apoyo de los hijos, esposa(o) es bien importante. Ya que piensan que son changueria de uno.
ResponderBorrarSaludos. Gracias por escribir. Eso que usted dice es cierto. A veces las personas alrededor nuestro piensan que son exageraciones pero es una condición médica. Es bien importante buscar la ayuda de un profesional de la salud y de un consejero espiritual. Dios le bendiga mucho.
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