sábado, 11 de mayo de 2019

LA MISION DE SER PADRES Y MADRES

"en el tope del mundo"

Siento que ser madre, ha sacado lo mejor y lo peor de mí. Lo mejor porque he vivido el cariño y la compañía que los chicos me ofrecen. Lo mejor porque he aprendido a tener un poco más de paciencia y tolerancia. Busco ser más organizada y me hace pensar cómo puedo mejorar aquellas cosas que identifico para mejorar. Pero, también ha sacado lo peor; como por ejemplo cuando trato de imponer aquellas viejas creencias que ya no funcionan. También cuando tengo diferencias con ellos, que parece casi imposible que llegaremos a un acuerdo, o cuando tenemos las luchas de poder. Muchas veces tengo el sentimiento de que soy la peor madre del mundo.

Al conversar con otras mujeres y lo que he visto en los medios, me doy cuenta que no estoy sola. Somos muchas que damos mucho de nosotras a nuestros hijos, pero en otros momentos quisiéramos salir corriendo porque la presión y los retos de criar son muchos. Leemos libros de crianza y nos preguntamos si alguna vez funcionará lo que leemos. ¡Qué pesimista me siento muchas veces!

Sin embargo, ayer vi esta foto que mi esposo George puso en Facebook.  “Eso es lo que hacemos con nuestros hijos, los llevamos al tope del mundo para que luego decidan como hacer sus propias vidas”, me dijo. Este pensamiento me impactó. Es como si Dios me dijera: “ofrece lo mejor de ti, pero recuerda que no te pertenecen, ellos decidirán y harán sus propias vidas”. Viene a mi mente nuevamente el texto de Proverbios 22:6: Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. Esta exhortación me impulsa a seguir adelante, a buscar ofrecer a mis hijos las mayores herramientas posibles para que puedan enfrentar los retos del mundo. Eso asusta, pero también viene a mi mente el texto de Isaías 41:10; que la convierto mi oración y la hago por mis hijos: No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Proverbios 14: 1, da un consejo a las mujeres y a la vez nos muestra cuán importante es su figura: La mujer sabia construye su casa; la necia, con sus propias manos la destruye. Wow! Una verdadera exhortación para todas… Los retos de criar son increíbles, y le pido a Dios cada día sabiduría, amor y alegría para dirigir a mis hijos con amor y firmeza.

Finalizo con esta experiencia que tuve con mi hija (de esas experiencias que te hacen decir, ¡qué bendición ser madre!) y la compartí hace unos años en Facebook:
“Esta mañana Génesis me hablaba sobre el ombligo. Tocaba el mío y yo le explicaba que esa era la muestra de que estuve pegada a su abuela. Luego le toqué su ombligo y le dije que esa era la muestra de que estuvo pegada a mí. Pude comprender que en esa unión del cordón umbilical era parte del secreto de ser madre. Esa unión nos conecta de una manera incomprensible. Las que hemos parido entendemos ese momento maravilloso cuando sale el bebé. ¡Estuviste dentro de mí por tanto tiempo! Sin embargo, ese es sólo el comienzo. Para aquellas mujeres que no han parido, pero son madres por opción, madrinas o tías, necesitan y tienen el mismo calibre de las que hemos parido. Necesitamos el mismo amor, la misma entrega, la misma paciencia, la misma sabiduría para criar nuestros hijos o sobrinos o hermanos o ahijados... Todas celebramos hoy este día bajo el reconocimiento. ¡Dios bendiga a todas las madres!
Buscando su propio camino

El mundo parece demasiado enorme para nuestros amados que están creciendo. No sabemos que nos depara los caminos. Pero, ¡confiemos! ¡confiemos en Dios! Nuestros hijos e hijas están en sus manos… ¡Y nosotras también!