"en el tope del mundo" |
Siento que ser madre, ha sacado lo mejor y lo peor de mí. Lo
mejor porque he vivido el cariño y la compañía que los chicos me ofrecen. Lo
mejor porque he aprendido a tener un poco más de paciencia y tolerancia. Busco
ser más organizada y me hace pensar cómo puedo mejorar aquellas cosas que
identifico para mejorar. Pero, también ha sacado lo peor; como por ejemplo cuando
trato de imponer aquellas viejas creencias que ya no funcionan. También cuando tengo
diferencias con ellos, que parece casi imposible que llegaremos a un acuerdo, o
cuando tenemos las luchas de poder. Muchas veces tengo el sentimiento de que
soy la peor madre del mundo.
Al conversar con otras mujeres y lo que he visto en los
medios, me doy cuenta que no estoy sola. Somos muchas que damos mucho de
nosotras a nuestros hijos, pero en otros momentos quisiéramos salir corriendo
porque la presión y los retos de criar son muchos. Leemos libros de crianza y
nos preguntamos si alguna vez funcionará lo que leemos. ¡Qué pesimista me
siento muchas veces!
Sin embargo, ayer vi esta foto que mi esposo George puso en
Facebook. “Eso es lo que hacemos con
nuestros hijos, los llevamos al tope del mundo para que luego decidan como
hacer sus propias vidas”, me dijo. Este pensamiento me impactó. Es como si Dios
me dijera: “ofrece lo mejor de ti, pero recuerda que no te pertenecen, ellos
decidirán y harán sus propias vidas”. Viene a mi mente nuevamente el texto de Proverbios 22:6: Instruye al niño
en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. Esta exhortación me impulsa a seguir adelante, a
buscar ofrecer a mis hijos las mayores herramientas posibles para que puedan
enfrentar los retos del mundo. Eso asusta, pero también viene a mi mente el
texto de Isaías 41:10; que la convierto
mi oración y la hago por mis hijos: No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes,
porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te
sustentaré con la diestra de mi justicia.
Proverbios
14: 1, da un consejo a las mujeres y a la vez nos muestra cuán
importante es su figura: La mujer sabia construye su casa; la
necia, con sus propias manos la destruye. Wow! Una verdadera
exhortación para todas… Los retos de criar son increíbles, y le pido a
Dios cada día sabiduría, amor y alegría para dirigir a mis hijos con amor y
firmeza.
Finalizo con esta experiencia que tuve con mi hija (de esas
experiencias que te hacen decir, ¡qué bendición ser madre!) y la compartí hace
unos años en Facebook:
“Esta mañana Génesis me hablaba sobre el ombligo. Tocaba el
mío y yo le explicaba que esa era la muestra de que estuve pegada a su abuela.
Luego le toqué su ombligo y le dije que esa era la
muestra de que estuvo pegada a mí. Pude comprender que en esa unión del cordón
umbilical era parte del secreto de ser madre. Esa unión nos conecta de una
manera incomprensible. Las que hemos parido entendemos ese momento maravilloso
cuando sale el bebé. ¡Estuviste dentro de mí por tanto tiempo! Sin embargo, ese
es sólo el comienzo. Para aquellas mujeres que no han parido, pero son madres
por opción, madrinas o tías, necesitan y tienen el mismo calibre de las que
hemos parido. Necesitamos el mismo amor, la misma entrega, la misma paciencia,
la misma sabiduría para criar nuestros hijos o sobrinos o hermanos o
ahijados... Todas celebramos hoy este día bajo el reconocimiento. ¡Dios bendiga
a todas las madres!”
Buscando su propio camino |
El mundo parece demasiado enorme para nuestros amados que
están creciendo. No sabemos que nos depara los caminos. Pero, ¡confiemos! ¡confiemos
en Dios! Nuestros hijos e hijas están en sus manos… ¡Y nosotras también!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario