domingo, 30 de junio de 2019

Llegando al mismo lugar por otro camino


He ido varias veces a “East Rock Park” en New Haven, Connecticut. Este parque es muy interesante porque es como una gran roca puesta en medio de la bahía y de la ciudad de New Haven. Cuando éramos nuevos en el área, me fijaba que cuando pasábamos por diferentes calles veía al final de las mismas una gran pared marrón. Luego en el tope veíamos lo que parecía una torre. ¿Cómo se llegará hasta allá arriba?, me preguntaba. 

Luego descubrimos que con el automóvil puedes bordear el bosque hasta llegar al tope.  
Verdaderamente la vista desde el tope es increíble y se pasa un buen momento con la familia y amigos.








A mediados de la primavera, mi familia y yo comenzamos a participar en grupo de la iglesia que hacen hiking (senderismo o excursionismo). Cada sábado vamos a un bosque diferente, disfrutamos la naturaleza y a la vez hacemos ejercicios. Un día, comenzamos la caminata en East Rock desde abajo. No usamos carro, simplemente, caminamos. Hicimos la caminata que llaman “The Giant Steps” porque son diferentes escaleras y tramos donde simplemente estás escalando la montaña. Reflexioné en las veces que habíamos ido en automóvil, y la comparé con nuestra caminata con el grupo de hiking. Demás está decir que fue más trabajoso, pero a la vez fascinante y gratificante al llegar tope y contemplar la belleza del lugar. Descubrí como llegar al mismo lugar; por otro camino.

Esta experiencia me ayudó a reflexionar en que a veces estoy acostumbrada a esperar que Dios haga las cosas de la misma forma; me lleve por el camino que conozco, por el camino que me hace sentir cómoda. Sin embargo, he aprendido que Dios nos lleva muchas veces por caminos que no imaginamos.  A veces nos enfrentamos con escalones gigantes que parecen imposibles de subir. A veces son senderos y cuestas que parecen interminables, que me hacen preguntar si alguna vez llegaré a mi destino.

Yo creo que cuando el camino parezca difícil de caminar o no sepamos que rumbo vamos a tomar, debemos orar a Dios: Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad;
Afirma mi corazón para que tema tu nombre.
(Salmo 86:11). Esa oración es necesaria en momentos de decisión, en momentos en que nos preguntamos que queremos hacer con nuestras vidas. Hacemos esa oración cuando tenemos sueños y anhelos; y queremos ponerlos en las manos de Dios. Es también una oración que hacemos cada día cuando queremos caminar en su voluntad. Es una petición a Dios, pero también es una afirmación que caminaremos en él.

Habrá momentos en que Dios nos indicará: “…Di a los hijos de Israel que marchen.(Éxodo 14:15). En otras ocasiones simplemente nos dirá: Estad quietos y conoced que yo soy Dios”. (Salmo 46:10); que no es otra cosa que descansar, caminar confiando en la provisión y acompañamiento de Dios.

Hace una semana, ¡aprendí una nueva ruta para llegar al tope en East Rock Park! Esta vez el grupo caminó por cuestas y caminos de asfalto. Un poco más sencillo que la vez anterior, pero igual de fascinante y bello. Dios me quiere mostrar una nueva forma de como llegar por otro camino. Enséñame, Señor…


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