Génesis quería que su papá le enseñara a jugar beisbol.
Compraron la bola y el bate. Comenzaron a practicar. George tiraba la bola y Génesis
trataba de pegarle. Nunca antes lo había hecho. Que ella fallara, yo lo vi como
algo obvio porque ella nunca antes había jugado beisbol. Esa tarde yo estaba
haciendo ejercicios, caminando alrededor del patio donde vivimos. Observé como
George se paró al lado de ella y le enseñó cómo pararse, cómo moverse, cómo
pegarle a la bola. Él fue su modelo. Se veía tan inspirador que comencé
grabarlos. Luego de varias demostraciones, Génesis siguió lo que su padre le
enseñó, y ¡voilá! ¡Le pegó a la bola!
Esa escena me hizo pensar en las veces que Dios trata de
enseñarnos a caminar en la vida. De una u otra forma nos invita a reflexionar
en nuestra vida para ayudarnos a ser mejores personas. Si lees en la Biblia el
libro de Proverbios y Eclesiastés, encontrarás útiles consejos de
la vida diaria en sociedad. Si lees las cartas de Pablo, como por ejemplo 1ra
y 2da de Corintios y Efesios, puedes ver sabios consejos para vivir
en armonía con otros en Cristo Jesús.
También, Cuando cometemos errores, vemos como Dios nos quiere
enseñar a través de esos errores que cometemos: “Porque el Señor disciplina a
los que ama… Hebreos 12:6ª NVI. En el texto hebreo dice: “así como un
padre corrige al hijo a quien ama...” Así como disciplinar a los hijos e hijas,
es parte de la tarea de ser padre y lo hacemos porque los amamos, Dios nos
corrige porque nos ama y quiere que seamos esa persona que él sueña que seamos.
De igual manera, nuestro Padre Celestial también nos conforta
con palabras de ánimo cuando estamos desanimados o con miedo: “No temas, porque
yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre
te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” Isaías
41:10.
La figura de padre es muy importante para los niños y niñas. Mi
esposo George relata en su libro, Willing to Change, que su padre tenía muy
pocas destrezas de comunicación. Cuando George era pequeño, su padre trató a su
manera de mostrar que le importaba, pero nada de eso hizo sirvió cuando los
abandonó. Esa figura de padre, George trató de buscarla en muchos lugares, pero
nadie pudo sustituirlo. Sólo Dios y su disposición pudieron restaurar su vida
carente de padres efectivos. Puede ser que para alguno que esté leyendo esta reflexión,
el padre terrenal estuvo ausente, pero Dios quiere ser ese padre que no tuviste.
Dios quiere ser ese padre amoroso y compasivo que necesitas. Acércate a él, Dios
no te rechaza.
Conoce la historia de George Marrero. Una vida marcada en su niñez,
pero un ejemplo de transformación y superación. Willing to Change, tiene una segunda edición ampliada y con fotografías. Está
disponible en inglés en Xulon Press. También está disponible en Barnes & Nobles y Amazon.
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