miércoles, 30 de noviembre de 2022

Acción de gracias todos los días



En estos días pasados, tuvimos el tiempo de acción de gracias. Disfruté las actividades, la familia, la comida; ¡me encantan los colores de la temporada! También me puse a pensar como el ejercicio de agradecer es ahora parte de mi vida.

En la escuela donde trabajo, de vez en cuando regalan algún detalle a los maestros. Un café, una manzana, una dona. ¡Qué bien se siente cuando el comité de padres nos prepara un desayuno agradeciéndonos por todo el trabajo que hacemos! Frecuentemente la principal nos envía un correo electrónico agradeciendo el arduo trabajo realizado durante la semana.

Una tarde Génesis jugaba en casa con su amiga y tenían hambre. Yo había cocinado y George les sirvió la comida mientras yo trabajaba en la computadora. Mientras subía la escalera, Génesis se detuvo y me dijo: “gracias mami por la comida”. Fue gratificante escucharla porque el esfuerzo que yo puse en cocinar, Genesis lo vio y fue agradecida.


Sin exagerar, siento que dar y recibir las gracias, es como un refrigerio para el alma. Los otros días George David lavó los trastes el día que tenía asignado. Yo estaba tan atareada, que fue un alivio una tarea menos que hacer. Suspiré: “¡Gracias, George David!” Tanto el dar gracias, como el recibirlas, es un ejercicio de solidaridad, de humanidad. Es como decirle a otro: “veo el valioso trabajo que haces”.

El libro de los salmos es popular y a muchas personas les gusta leerlo casi todos los días como parte de su devocional. Muchos salmos son hermosos y edificantes. Muchos, muchos salmos son cánticos de agradecimiento. Es interesante que a la gente les guste este libro y una de sus principales temáticas es el ser agradecido.

Mi salmo preferido con este tema es el salmo 103. Yo sé que hay mejores versiones que la Reina Valera, pero me gusta mucho la forma poética que presenta está versión:

103 Bendice, alma mía, a Jehová,

Y bendiga todo mi ser su santo nombre.

Bendice, alma mía, a Jehová,

Y no olvides ninguno de sus beneficios.

Él es quien perdona todas tus iniquidades,

El que sana todas tus dolencias;

El que rescata del hoyo tu vida,

El que te corona de favores y misericordias;

El que sacia de bien tu boca

De modo que te rejuvenezcas como el águila.

 

Aquí está parte del Salmo 103 en la versión, Traducción en Lenguaje Actual:


103 
¡Con todas las fuerzas de mi ser
alabaré a mi Dios!

¡Con todas las fuerzas de mi ser
lo alabaré y recordaré
todas sus bondades!
Mi Dios me perdonó
todo el mal que he hecho;
me devolvió la salud,
me libró de la muerte,
¡me llenó de amor y de ternura!
Mi Dios me da siempre todo lo mejor;
¡me hace fuerte como las águilas!

                     (Ambas versiones fueron tomadas de https://www.biblegateway.com)

¡Que palabras maravillosas del salmista! Enumera tantas razones para alabar y agradecer a Dios. El psicólogo Jordan Peterson menciona que el ejercicio de agradecimiento es esencial para superar la depresión y para aprender a ver la vida de una forma más positiva, independientemente como nos sintamos.


La temporada de festejo de acción de gracias terminó; pero dar gracias a Dios, a nuestra familia, vecinos, compañeros de trabajo o estudios, es un ejercicio que se debe practicar todos los días. Ayuda a nuestra salud mental y nos acerca hacia Dios. Yo lo he hecho parte de mi vida. Te invito a que lo hagas parte de la tuya.

Escucha sobre este tema en la reflexión de Joyce Meyer (en inglés):

Be Thankful and Say So

domingo, 27 de febrero de 2022

¿Hacia dónde van nuestras resoluciones?



Hace poco leía en las redes sociales, que muchas resoluciones que la gente hace a principio de año; a mediados de marzo (en promedio) muchos las olvidan. Muchos ponen a un lado las resoluciones que hicieron. El artículo recomendaba que este era el momento que repasáramos aquellas resoluciones o metas que habíamos impuesto para motivarnos a lograrlas.

Recuerdo que, en el año nuevo del 2019, Dios me había dado la palabra de Santiago 1:9: “Pronto para escuchar, tardo para hablar y tardo para airarse.” Desde ese momento, me hice el propósito de aplicarlo. ¡Cuánto me ha costado ponerlo en práctica! Yo soy muy rápida para hablar y muy pronta para enojarme. Yo pensaba que, porque ahora tengo que hablar inglés, el problema de hablar demasiado lo había superado. ¡Ni soñarlo! No puedo creer como me las arreglo para hablar y explicar demasiado, aunque no sea en mi lenguaje materno.

Sin embargo, he tenido pequeñas victorias de “morderme la lengua”, cuando me muero por hablar o justificarme. Estoy aprendiendo a detenerme a escuchar y no explotar como un volcán por cualquier cosa. Unos días son mejores que otros, pero sigo creciendo.

Hace poco participaba en una actividad de un grupo de mujeres de la iglesia en la que participo, “Ladies of Faith, Fun and Fellowship. Una de las actividades fue identificar y reflexionar en algunas maneras en como Dios ha mostrado su amor hacia nosotros en los últimos 6 meses. Yo escribí:

“Estoy aprendiendo a confiar en Dios. He aprendido que hay una parte que me toca hacer a mí. Sin embargo, Hay muchos momentos que olvido que todo está en sus manos y busco resolver las cosas ‘perfectas’ a mi manera. Luego me doy cuenta que yo no puedo arreglar las cosas, pero si puedo confiar en Dios en que él lo resolverá y nos ayudará. Dejo la situación en sus manos. Entonces, veo su milagro en pequeñas cosas como cuando apareció el dinero que necesitábamos para pagar aquello. En como Dios le ha dado fuerza e iluminación a George para continuar su disertación. O como Dios puso todo en su lugar durante el viaje de Débora, Nannette y Christian en casa. Disfrutamos y crecimos como familia. He visto como Dios me ha ayudado en la recuperación de la operación del oído.”

Entonces Celeni, nos pidió que hiciéramos una declaración a base de la experiencia que relatamos. Ese momento fue uno de pensar en lo que Dios ha hecho y afirmar que lo seguirá haciendo en el futuro. Esta fue mi declaración:

“Cuando enfrento situaciones que están fuera de mi control; yo declaro que estaré confiada y    tranquila porque Dios ha tomado control de la situación. Yo soy hija de Dios. Dios me ha dado la inteligencia y las habilidades para resolver situaciones. Sin embargo, él tomará en sus manos aquellas que no puedo resolver. Él es mi proveedor, mi sanador y el pegamento que une mi familia. Lo declaro en el nombre de Jesús, Amén.”

No sé que resoluciones o propósitos te pusiste para este año. No sé si las circunstancias te han desanimado lo suficiente para querer dejarlas atrás. Detente. Reflexiona en ellas por un momento. Piensa en lo bueno que es trabajar en ellas. Reflexiona en cómo Dios ha mostrado su amor hacia ti en estos últimos meses. Escríbelo. Haz tu declaración. Ponlo en la pared o en un lugar que lo veas. Dios es tu fuerza. Isaías 40:31

lunes, 18 de octubre de 2021

Paz en las dificultades

 


Hace unas semanas iba de camino a buscar a George David en la escuela. Mientras guiaba en el expreso, vi el tapón en la dirección contraria. “Qué tapón voy a coger de regreso”, me dije y me sentí fastidiada porque no soporto los tapones. Cuando llego a la escuela, George estaba pescando con un amigo en el muelle, y me pidió que nos quedáramos un poco más de tiempo. La bahía estaba hermosa y muy tranquila. Yo también sentía mucha tranquilidad. Cuando miré a lo lejos, pude ver el expreso y el tremendo tapón que lo caracteriza a esa hora de la tarde. Entonces, sentí como si Dios me dijera, esta es la manera de encontrar paz en las dificultades.” ¿Cómo? “Tomando distancia de la situación, darse cuenta que estoy a tu lado.” No escuché ninguna voz, pero esas palabras retumbaron en mi mente.

Mi naturaleza es ser ansiosa. Yo siempre me había preguntado sinceramente cómo era posible tener paz en las circunstancias más difíciles. De pronto lo vi muy claro: Esta es la forma de hallar paz en la tormenta. Aprender a mirar desde la distancia aquello que nos aflige o preocupa. Mirarlo desde otra perspectiva y confiar en que Dios está a nuestro lado. Él obrará y también nos da fuerzas y sabiduría para resolver la situación. A veces la situación tardará en resolverse, pero en esos momentos podemos pensar en 1 Pedro 5:7, “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de ustedes.”

Algo que llama mi atención de esta experiencia, es que aún antes de enfrentar el tapón, ya me estaba quejando de él. He comprendido entonces que muchas veces nos preocupamos por cosas que ni siquiera han ocurrido. Jesús nos dice en Mateo 6:34, “Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.” ¡Cuántos años me ha costado aprender esto! Al parecer, lo estoy comprendiendo.

Esa tarde, cuando regresábamos de la escuela, encontramos el tapón. Aunque me desesperó un poco la cantidad de carros, seguí conversando con George David sobre la pesca y las incidencias del día. Lo interesante fue que al otro día me llamó mi hermana desde Puerto Rico. Estaba en un terrible tapón.  Aprovechamos el tiempo, conversando y le conté mi experiencia del día anterior, en el tapón de New Haven.

 Mi experiencia y la de mi hermana me enseñaron algo. Me di cuenta que tener una buena actitud, hace el camino más fácil. En un tapón real tenemos la opción de amargarnos o de buscar opciones como conversar con alguien, escuchar música, las noticias y hasta orar (con los ojos abiertos) 😊En el tapón alegórico de la vida, podemos detenernos un momento y contar las bendiciones que Dios nos ha dado. Podemos reflexionar en cómo esta experiencia puede hacernos mejores personas. Podemos conocer mejor a Dios que nos sostiene con su mano derecha: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (Isaías 41:10)

Termino con una afirmación que leo frecuentemente de Max Lucado, de su libro Ansiosos por nada: “Hoy voy a reír, escuchar, aprender y amar. Y mañana, si llega, lo hago otra vez. Un nuevo día te espera mi amiga. Una nueva temporada en la que te preocuparás menos y confiarás más.”

miércoles, 28 de julio de 2021

Hay un tiempo para todo

“Para todo hay un tiempo oportuno. Hay tiempo
para todo lo que se hace bajo el sol.”
 Eclesiastés 3:1 (NBV)
 

En el blog del 5 de abril de 2019, publiqué una reflexión titulada “Tiempo de perder y crecer” basado en Eclesiastés 3:1-11. Trataba sobre el proceso de mudarnos de PR a EU y cómo en ese proceso de perder, crecimos. Esta vez, enfatizo en el verso 1 en el que declara que hay tiempo para todo.

Me gusta escribir en un diario. No lo hago todos los días, pero me gusta escribir cuando una situación lo amerita y sobre todo cuando siento que Dios me enseña algo a través de un suceso. Me gusta leer lo que escribí años atrás. Veo mis reflexiones, mi proceso de crecimiento y las enseñanzas para la vida. Yo uso un journal, pero a veces uso lo que encuentre. Esta vez, encontré una reflexión escrita en un sobre que parece era lo único que tenía a mano al momento de escribirla. Fue a finales del semestre escolar, mayo 2008.  La hallé interesante porque en la diferencia de unas horas, estuve en dos lugares muy diferentes que me enseñaron algo sobre la vida. Aquí les va:

“Siempre tendremos tiempo para todo… Es interesante el contraste que estoy viviendo ahora, con el que viví hace unas horas atrás. Esta mañana estuvimos en la actividad final de los maestros en un pub de Río Piedras. Tuvimos que vestir la moda de los ‘60 y ’70. La música, las luces, el jolgorio, estuvo “brutal”.

Hicimos juegos, bailamos y hasta yo canté en un karaoke una canción “corta venas”. Agradecí a las muchachas que organizaron la actividad porque lo disfrutamos mucho, nos distrajimos del afán de la escuela… lo necesitábamos.

Sin embargo, ahora estoy en un lugar diferente. Salimos de la actividad; Purita me dejó en la escuela y George no ha llegado a buscarme. No hay nadie en la escuela, pero el portón está abierto porque los jóvenes de la comunidad vienen en las tardes a jugar baloncesto.  Estoy sentada en una silla, leyendo un libro y hay un total silencio. Hay una brisa exquisita y las hojas se mueven con tranquilidad. Veo la escuela totalmente vacía pero no se ve deprimente. Al contrario, se ve como un lugar especial. El lugar para realizar muchas cosas maravillosas. El lugar donde cada día laboramos y nos ganamos nuestro pan.

Al principio estaba frustrada porque no podía abrir mi salón. Ya me imaginaba terminando de archivar documentos y completando el papel de las becas pendientes de mis estudiantes de educación especial. Pero Dios quiere que esté aquí sentada. Sentada sin hacer nada. Oyendo los pájaros cantando y las hojas meciéndose.

Todo tiene su tiempo. Tiempo de ruido, tiempo de silencio. Tiempo de trabajar y tiempo de descansar. Yo creo que Dios quiere que disfrutemos ambas experiencias: el bullicio de la gente, la alegría de la música y la tranquilidad del silencio. Él quería que disfrutara la actividad final de semestre, pero también el estar sentada sola en la escuela. Fueron dos experiencias totalmente diferentes, pero ambas necesarias para la vida.

Dios me habló a través de ambas experiencias. Es importante la alegría, el baile, cantar, la amistad, la soledad, el silencio, la tranquilidad.”

Repasando esta experiencia trece años después, me hace pensar que a veces me desespero preguntándome que pasará con esto o aquello o si está bien si hago esto otro. También pongo límites a Dios en la manera en que él piensa y quiere de mí, y también cómo se manifiesta a nosotros. Esta experiencia me hace pensar en los versos 11-13 de Eclesiastés: Él, en el momento preciso, todo lo hizo hermoso; puso además en la mente humana la idea de lo infinito, aun cuando el hombre no alcanza a comprender en toda su amplitud lo que Dios ha hecho y lo que hará” (DHH).  “Yo sé que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse y pasarlo bien en su vida. Y también, que es un don de Dios que todo hombre coma y beba y goce del fruto de todo su duro trabajo” (RVR 2015).

“Siempre tendremos tiempo para todo”, así comencé mi journal. Me gusta esa afirmación porque denota confianza. Porque, aunque no podamos cambiar o volver atrás en el tiempo, podemos confiar en que Dios trasciende el tiempo. Él nos da nuevas oportunidades que podemos aprovechar. Tenemos una bella promesa en el mismo pasaje de Eclesiastés 3, verso 15: Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.

jueves, 15 de abril de 2021

El "default" de la naturaleza humana

 


La mejor forma de viajar en la Ciudad de New York es caminando o en tren. Mientras vivimos allí, nosotros caminábamos y viajábamos en tren todo el tiempo. Era interesante ver cuanta variedad de culturas y de personas existen en el mundo. A veces era fascinante pensar hacia donde se dirigían las personas o a qué se dedicaban. Una vez vimos unas personas en la estación del tren de Brooklyn que parecían del siglo 19. La maleta, la ropa y hasta la postura de las personas era como de otra época. Sin embargo, también nos enfrentábamos a la locura del bullicio y las caras de preocupación, amargura y hasta de indiferencia que veías en el rostro de algunas personas. Yo me preguntaba: ¿Cuál será su vida? ¿Qué situación estarán atravesando?

En estos días una amiga me contó el cómo hace años atrás, ella perdió dos familiares de la manera más inexplicable posible. Ella me dijo: “Cuando sucede algo así de manera inesperada, tu vida nunca más es la misma. Hay muchos que corren hacia Dios, pero hay otros que huyen de él.” Sus palabras me impactaron. No hay palabras bonitas que puedan calmar el dolor cuando se enfrenta situaciones como las que nos contó. Lo más que se puede hacer es un abrazo y tu presencia. En una situación así, no hay nada más que hacer.

Durante años mi esposo y yo hemos reflexionado en la pregunta, ¿Por qué sufre el ser humano?  Hemos buscado respuestas bíblicas, humanas y teológicas. Recuerdo que una vez escribí un ensayo sobre ese tema mientras estudiaba en el Seminario. Hace poco escuché a un sicólogo brillante, Jordan Peterson, explicando esa pregunta. En su interpretación, él entiende que el ser humano sufre porque ese es “el default de nuestra existencia.” Su explicación me hace recordar la historia en Génesis 3; de cómo el ser humano erró y esa vino a ser su naturaleza.

Peterson no lo dice sólo como una teoría, él lo vive en carne propia. Él es una persona afligida por la depresión. Él ha reflexionado que, al comprender la realidad, que el sufrimiento es el default de la naturaleza humana, ha aprendido a ser a agradecido. Ha encontrado una mejor manera de ver y vivir la vida.

La solución que presenta Jordan Peterson, me recuerda la cita de Pablo en 1 Tesalonicenses 5:16-18, “Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.” (NVI)

¿Qué actitud es mejor para vivir?  Decir, "Oh, ¡mira lo que me pasa! Yo merezco mejor…  ¿por qué tantas dificultades y sufrimiento?" O mejor decir, "la vida está llena de dificultades y dolor. A veces siento que es injusto esto o aquello, pero estoy agradecida por..." Pensar en las pequeñas cosas que a veces damos por sentado.

En la conversación con mis amigas, reflexionábamos que las dificultades nos ayudan a crecer y ser mejores personas. Cuando enfrentamos una situación difícil parecida a una que ya hemos vivido, tenemos más herramientas para manejarlo. “Oh, ya recuerdo que, si hago esto o aquello, tendré este resultado.”

Como dije anteriormente, contestar la pregunta, ¿Por qué sufre el ser humano?, es complicada y puede tener muchas ramificaciones. Tampoco pretendo presentar una solución simple, porque no la hay. En mi caso, mis amigas y yo hemos aprendido que los problemas nos hacen tener los pies en la tierra, pero con nuestros ojos puestos en el Cielo. Einstein dijo una vez: “Hay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen milagros, la otra es creer que todo es un milagro.” Yo prefiero vivir creyendo que todo es un milagro.

Aquí les dejo algunas palabras de Jesús que pueden llenarte de ánimo:

El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.” Juan 10:10 (NVI)

“Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. Juan 16:33 (NVI)



lunes, 4 de enero de 2021

Reflexiones personales durante el año 2020

 

El año 2020 fue difícil para tanta gente. Yo no tengo suficientes palabras para solidarizarme con aquellos que perdieron familiares, sus trabajos o los esfuerzos de toda una vida. Lo que sí puedo decir es que, la vida es diferente para todos. La rutina de todos cambió. Nuestra forma de trabajar, la forma en que los niños estudian, la forma de comprar e ir a los lugares; todo cambió.

La gente comenzó a ayudarse. Vi noticias de cómo enviaban comida a los hospitales para los trabajadores. Personas desde sus casa hicieron mascarillas y las donaban. Todos agradecían el esfuerzo de los “trabajadores esenciales”. Hasta google dedicó durante varios días su página a ellos, incluyendo a los maestros.

 

Los maestros de mi escuela hicimos un video dedicado a los estudiantes. Muchísimas escuelas lo hicieron. Muchos grupos, incluyendo las iglesias, hicieron un esfuerzo por conectar la gente. Comencé a recibir talleres por internet que trataban diversos temas para apoyar a los maestros y a los estudiantes.  En uno de los talleres, una de las reflexiones fue la siguiente foto. La encontré tan práctica que hice un screenshoot y la pegué en una página de word, como el taller fue cercano al 19 de abril, lo recibí como un regalo de cumpleaños.








Balance, empatía, disposición para aprender, "solamente hazlo", simplicidad y encontrar alegría; palabras que parecen muy sencillas, pero son poderosas cuando se ponen en práctica en la vida diaria. 





Cuando abrí la computadora el día de mi cumpleaños; tuve que hacer un screenshoot otra vez. Fue una perfecta analogía de esta pandemia. El cielo nublado, un camino y al final un faro. El cielo nublado son las situaciones difíciles que ocurren a nuestro alrededor, el camino es la vida que vivimos y el faro es Dios; que alumbra e ilumina nuestro camino a puerto seguro.

En momento difíciles Jesús nos recuerda: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”       Juan 8:12 VRV

Me di cuenta que yo estaba usando mucho más la computadora. Con frecuencia aparecía una hermosa foto de Microsoft. Yo siempre uso mis propias fotos para mis reflexiones, pero muchos de los screensavers de Microsoft, comenzaron a hablarme acerca de una realidad de Dios o de mi vida. Así que continué haciendo screenshoots tipo journal. Aquí comparto algunas de esas fotos y mis reflexiones.


11 de junio - Me impacta esta foto. Fue el screensaver el día de nuestro aniversario de bodas. Me dice sobre un nuevo día que comienza para nosotros y la promesa de Dios: “Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo.” Jeremías 29:11 VDHH

 


17 de julio de 2020 - Esta fotografía me hizo pensar cuando nos mudamos de PR a New York en el 2017 - ¿Como nos cambió la vida vivir en NYC? ¿Qué significó para nuestro matrimonio? ¿Qué significó para nuestro desarrollo personal?

Pensemos en que lugares hemos estado. ¿Qué aprendiste? ¿Qué aprendieron otros de ti? Cada experiencia es una de aprendizaje y una oportunidad de crecer.

Viene a mi mente Isaías 46:4 - Aun hasta vuestra vejez, yo seré el mismo, y hasta vuestros años avanzados, yo os sostendré. Yo lo he hecho, y yo os cargaré; yo os sostendré, y yo os libraré. Versión BLA


25 de agosto de 2020 – estaba ansiosa porque era el comienzo de clases de forma digital. Nuevos apps, nueva experiencia enseñando live, nuevos retos… Cuando vi este screensaver vino a mi mente: “Estad quietos y conoced que Yo soy Dios… Jehová de los ejércitos está con nosotros, nuestro refugio es el Dios de Jacob.”  Salmo 46:10 y 13 VRV

 


30 de septiembre - Yo seguía con preguntas en mi cabeza, sentía ansiedad… y al ver esta foto fue como un “¡clap!” frente a mí: ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.” Isaías 40:28

Al ver las estrellas, me hace recordar que hay un Dios organiza de forma constante las estrellas. De esa misma manera organiza nuestra vida. (Ver reflexión del 17 de julio de 2018 – La consistencia de las estrellas)


8 de noviembre – Al ver esta foto vino la pregunta: ¿Qué nos espera el nuevo año? La profundidad de la foto me hizo pensar: No lo sé pero Dios nos acompaña y nos invita a mirar la belleza del paisaje y cuán lejos podemos llegar.

  

 


10 de noviembre – Es imposible ver esta imagen y no pensar en las palabras de Jesús: El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Juan 7:38. VRV

El día anterior había escuchado una reflexión de Joyce Meyer que giraba en torno a esta verdad: conoceremos la verdad, y la verdad nos hará libres. Y esa libertad fluirá como cascadas.

 



7 de diciembre – ¡Qué mucho contrasta esta imagen con la anterior!

Hoy me siento en el desierto, es una ilustración como mandada a pedir…

No olvidar la promesa de Dios: “En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca. Isaías 41:18


17 de diciembre – día de la tormenta de nieve, gran contraste con el desierto.

El meteorólogo dijo que la tormenta era muy fuerte; se llevaría las hojas que quedaban en los árboles y explicó que esto era bueno. Me hizo recordar la última reflexión que escribí: Los colores del otoño. ¿Por qué es bueno que las hojas caigan de los árboles? Te invito a leer esa reflexión.

 


22 de diciembre – Al principio me costó trabajo identificar ese lugar pero ese techo y los arcos son inconfundibles si observas los detalles. Esto es en el Parque Central de New York.

Ahí estuve yo… pero parece un lugar diferente porque esta foto le dio una nueva perspectiva… ¿Cómo tener una nueva perspectiva aunque esté en el mismo lugar? Debo pensar en  nuevas posibilidades, nuevos retos, nuevas bendiciones para el nuevo año. Así nos ayudé Dios.


martes, 1 de diciembre de 2020

Los colores del otoño



Lo más que me gusta del otoño es el cambio de los colores de los árboles. De pronto el paisaje verde cambia a múltiples colores con tonos marrones, rojos, amarillos y naranjas. La vista es hermosa. Me gusta mucho tirar fotos y contemplar por un rato los árboles.

Un día estaba en el estacionamiento del correo y me acerqué a tirarle fotos a unos árboles que brillaban con colores de tonos amarillos y


naranjas. Cuando estaba muy cerca me di cuenta que, ¡las hojas estaban muriendo! Aquellos colores bellos que uno puede ver no es mas que el proceso de la hoja perder la clorofila de sus hojas. El frío y las noches más extensas hacen que las hojas pierdan su color y caigan al suelo.

Al darme cuenta de eso, inmediatamente comparé los árboles con nuestras vidas.  Puede ser que estemos atravesando una temporada difícil en nuestra vida. Quizás llegó a tu vida el otoño que sin duda anuncia la cercanía del frío invierno. Puede ser que estemos enfermos o atravesando una crisis por diversos cambios. Puede ser que Dios nos ha llamado con amor, pero con firmeza para cambiar actitudes y hábitos que son dañinos para nuestra vida. Como dice en Colosenses 3:8-10: “Pero ahora abandonen también todo esto: enojo, ira, malicia, calumnia y lenguaje obsceno. Dejen de mentirse unos a otros, ahora que se han quitado el ropaje de la vieja naturaleza con sus vicios, y se han puesto el de la nueva naturaleza, que se va renovando en conocimiento a imagen de su creador.” Todo esto implica morir a nuestra antigua vida.  Así como las hojas cambian de color y mueren cayendo al suelo, de igual manera, nosotros dejamos ir y hacemos morir viejas ideas, actitudes y hábitos que no nos ayudan a crecer como hijos e hijas de Dios.


Sin embargo, algo hermoso de todo este proceso (porque es un proceso), es que los árboles exhiben belleza al que lo contempla y las hojas en el suelo sirven de abono para la tierra (y también los niños pasan un buen rato jugando con ellas). ¡El otoño es hermoso! Eso me hace pensar que el otoño en

nuestras vidas no es difícil del todo. Hay belleza también. Dios nos está transformando. La luz que lleva mucho tiempo en nuestras vidas, ilumina a otros. La variedad de colores que hace pensar en la variedad de dones, talentos y habilidades que tenemos y que de una u otra forma aportamos a nuestra familia y al mundo.

Dicen que los cambios es una de las cosas más seguras en la vida de todo ser humano. Pero en medio de todos esos cambios podemos seguir alumbrando, amando y perseverando. Les dejo con estas palabras que Pablo le escribió a la iglesia de Corintios para infundirle fortaleza:

            ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!

Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano.   1 Corintios 15:57-58