martes, 21 de agosto de 2018

Lo que nos sostiene


Lectura: Hebreos 11:1-2,6,8-9
Cuando Débora, la hija de mi esposo, me envió esta foto, quedé sin aliento. “¿De dónde se está sosteniendo ella? ¿A qué altura se encuentra?” me pregunté. Cuando uno ve la foto, de pronto, da la impresión que está literalmente en el aire, a bastantes metros de altura y sin nada que la sostenga. Luego, cuando vi otras fotos que me envió, comprendí.

Casi inmediatamente reflexioné sobre estas fotos. No sé cuantos de los que leen esta reflexión, se han sentido con tanta incertidumbre en su vida que se sienten prácticamente en el aire, sin tener de donde sostenerse. Tal vez puede ser casi como tirarse de un avión, sin tener la experiencia de como abrir un paracaídas.

Génesis 12 relata el momento en que Dios llama a Abraham. Cuando Dios le dijo a Abraham que saliera de su tierra “a la tierra que le mostraría” debió ser un impacto para él. Aunque en esa época era costumbre emigrar de un lugar a otro, desde hace mucho tiempo las civilizaciones ya estaban formadas y asentadas. Abraham vivía en lo que llamaban “la creciente fértil”, un lugar privilegiado geográficamente hablando. Así que era un gran sacrificio moverse a otro lugar que ni siquiera conocía. Otro detalle es que él recibió la promesa de una descendencia sabiendo que no tenía hijos. A pesar de todo, Abraham se movió y creyó en ese Dios que lo llamó. Eso es fe.

Lucas 8 nos cuenta como muchas mujeres acompañaron a Jesús en su ministerio y lo sostenían económicamente. Esas mujeres fueron transformadas por las enseñanzas de Jesús, pero creyeron lo suficiente para acompañar a Jesús camino a la cruz y algunas de ellas fueron testigos de su resurrección. Otras, fueron parte de la revolución en el aposento alto. Eso es fe.

Hechos 9 explica como un hombre muy religioso y perseguidor de la iglesia cristiana, Pablo, creyó en Jesús. Las enseñanzas del cristianismo iban en contra de casi todo lo que Pablo había aprendido de la religión judía. Con todo y eso, escribió gran parte de las cartas a las iglesias que se convirtieron luego en el Nuevo Testamento. Eso es fe.

Estos son ejemplos de personas como tú y como yo que, con sus fortalezas y debilidades, creyeron. Hebreos 11:6 nos dice que “sin fe es imposible agradar a Dios”. Porque cuando hay fe, crece nuestra confianza en Dios. Podemos creer que el mar Rojo se abrirá. Podemos creer en Dios que nos da la sabiduría para tomar buenas decisiones.

Porque cuando nos alejamos un poco de la situación que nos agobia o nos reta, podemos ver el cuadro completo. Nos damos cuenta que Dios nos está acompañando todo el tiempo. Poniendo tierra firme y asegurándonos con cuerdas de amor.

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