Lectura: Salmos 119:33-37
Cuando tomé esta foto, me conmoví. George y Génesis miraban en distintas
direcciones y a lo largo se extendían dos caminos. Sentí en ese momento que no
eran míos, eran de Dios y de la vida. Ellos crecerán y tomarán sus propias
decisiones y yo, ¿cómo responderé a esto?
Viene a mi mente nuevamente Proverbios 22:6: “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará
de él”. En la reflexión que escribí recientemente, Influencia familiar,
explicaba la gran responsabilidad que tenemos de educar espiritual y moralmente
a los chicos y chicas que tenemos a nuestro cargo. Pero hoy quiero añadir el
matiz de que cuando instruimos a nuestros hijos, sobrinos, nietos y estudiantes
en el camino correcto, debemos tener la confianza en Dios de que él
dirigirá sus pasos.
El mundo que enfrentamos hoy tiene muchos retos. No cabe duda que para
ellos representa un reto mayor; pero saber que nuestros tesoros están en las
manos de Dios, podemos descansar en su misericordia y cuidado. Me parece que
debemos buscar ese balance entre instruirlos y permitir que crezcan. Yo trato
de buscar ese balance todos los días y no es fácil. A veces quisiera que
hicieran las cosas de la manera que uno quiere, pero he comprendido que son
seres humanos con mente propia y es necesario escucharlos. Un artículo muy
interesante que encontré, habla de cómo fomentar la confianza en los hijos: https://lamenteesmaravillosa.com/como-fomentar-la-confianza-en-los-adolescentes/
Instrúyelo en el buen camino; Dios, nuestro consejo y la oración los acompañarán.
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