viernes, 27 de septiembre de 2019

Al frente hay uno que nos guía


Era una tarde lluviosa para hacer ‘hiking’ en “Sleeping Giant State Park”. Pero como quiera fuimos. El sol había salido, así que no queríamos perdernos la oportunidad de caminar. La caminata de ese día, había sido la más difícil que habíamos encontrado hasta el momento. Había en el sendero muchas rocas, raíces y para hacerlo más difícil, estaba mojado. Mi esposo George tuvo que ayudar a Génesis, de siete años de edad, a pasar gran parte de la caminata. “Este es muy difícil”, escuché a Génesis decir.
En diferentes momentos del trayecto, Génesis iba muy cerca de su papá, pero en otros momentos se iba al frente; saltando, queriendo adelantarse como otras veces había hecho en otras caminatas.  En esos momentos George le decía: “espera, yo voy al frente, yo dirijo.” En otros momentos le dijo: “Toma mi mano… pisa donde yo pisé…mira bien.”
Ver a Génesis haciendo esfuerzos por hacer la caminata y ver el cuidado de George en las áreas sobre todo peligrosas, me recordó la relación de Dios con nosotros cuando estamos en nuestro diario caminar.
Hay partes del camino que son realmente fáciles. Disfrutamos la brisa, las flores y el camino derecho.
Hay otras partes que, aunque son escalonadas, ya las conocemos. Tenemos la experiencia y aunque pasamos trabajo, nos sentimos bien por nuestro gran esfuerzo.

Sin embargo, hay caminos rocosos y con grandes raíces que nos dificultan el caminar. Para colmo la maleza es espesa, el camino se ha puesto oscuro y nos aterra al caminar. En momentos como esos, debemos recordar lo que dice Isaías 30:21:
Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda.” (VRV) ¡Qué palabra tan alentadora! Escucha esta otra también en Isaías, capítulo 45, verso 2: “Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos;” Ambos textos no nos dicen: “quédate sentado en lo que te resuelvo…” ¡No!, nos dice camina; camina y en el camino enderezaré lo torcido. Llega hasta la puerta y yo la quebrantaré. ¡Qué palabras tan poderosas!
¿Sabías que ambos textos Dios se los dio al pueblo de Judá en medio de la invasión de los asirios y luego su inevitable cautiverio a Babilonia? Fue un momento de gran crisis, pero en medio de ella, Dios mostró su gran fidelidad. No sé en que parte del camino te encuentras, pero cual quiera que sea, Dios está en medio de ti. Te da hermosas promesas y palabras de aliento para seguir caminando. Jeremías 29:11 dice: “Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo.” (VDHH)

Sea que te hayas detenido en el camino para tomar un respiro, porque estás extenuada o necesitas
“amarrarte los zapatos”; no tengas miedo o camina aunque tengas miedo, al frente hay uno que nos guía. ¡Gracias Dios por tu compañía!

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