lunes, 18 de octubre de 2021

Paz en las dificultades

 


Hace unas semanas iba de camino a buscar a George David en la escuela. Mientras guiaba en el expreso, vi el tapón en la dirección contraria. “Qué tapón voy a coger de regreso”, me dije y me sentí fastidiada porque no soporto los tapones. Cuando llego a la escuela, George estaba pescando con un amigo en el muelle, y me pidió que nos quedáramos un poco más de tiempo. La bahía estaba hermosa y muy tranquila. Yo también sentía mucha tranquilidad. Cuando miré a lo lejos, pude ver el expreso y el tremendo tapón que lo caracteriza a esa hora de la tarde. Entonces, sentí como si Dios me dijera, esta es la manera de encontrar paz en las dificultades.” ¿Cómo? “Tomando distancia de la situación, darse cuenta que estoy a tu lado.” No escuché ninguna voz, pero esas palabras retumbaron en mi mente.

Mi naturaleza es ser ansiosa. Yo siempre me había preguntado sinceramente cómo era posible tener paz en las circunstancias más difíciles. De pronto lo vi muy claro: Esta es la forma de hallar paz en la tormenta. Aprender a mirar desde la distancia aquello que nos aflige o preocupa. Mirarlo desde otra perspectiva y confiar en que Dios está a nuestro lado. Él obrará y también nos da fuerzas y sabiduría para resolver la situación. A veces la situación tardará en resolverse, pero en esos momentos podemos pensar en 1 Pedro 5:7, “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de ustedes.”

Algo que llama mi atención de esta experiencia, es que aún antes de enfrentar el tapón, ya me estaba quejando de él. He comprendido entonces que muchas veces nos preocupamos por cosas que ni siquiera han ocurrido. Jesús nos dice en Mateo 6:34, “Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.” ¡Cuántos años me ha costado aprender esto! Al parecer, lo estoy comprendiendo.

Esa tarde, cuando regresábamos de la escuela, encontramos el tapón. Aunque me desesperó un poco la cantidad de carros, seguí conversando con George David sobre la pesca y las incidencias del día. Lo interesante fue que al otro día me llamó mi hermana desde Puerto Rico. Estaba en un terrible tapón.  Aprovechamos el tiempo, conversando y le conté mi experiencia del día anterior, en el tapón de New Haven.

 Mi experiencia y la de mi hermana me enseñaron algo. Me di cuenta que tener una buena actitud, hace el camino más fácil. En un tapón real tenemos la opción de amargarnos o de buscar opciones como conversar con alguien, escuchar música, las noticias y hasta orar (con los ojos abiertos) 😊En el tapón alegórico de la vida, podemos detenernos un momento y contar las bendiciones que Dios nos ha dado. Podemos reflexionar en cómo esta experiencia puede hacernos mejores personas. Podemos conocer mejor a Dios que nos sostiene con su mano derecha: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” (Isaías 41:10)

Termino con una afirmación que leo frecuentemente de Max Lucado, de su libro Ansiosos por nada: “Hoy voy a reír, escuchar, aprender y amar. Y mañana, si llega, lo hago otra vez. Un nuevo día te espera mi amiga. Una nueva temporada en la que te preocuparás menos y confiarás más.”

miércoles, 28 de julio de 2021

Hay un tiempo para todo

“Para todo hay un tiempo oportuno. Hay tiempo
para todo lo que se hace bajo el sol.”
 Eclesiastés 3:1 (NBV)
 

En el blog del 5 de abril de 2019, publiqué una reflexión titulada “Tiempo de perder y crecer” basado en Eclesiastés 3:1-11. Trataba sobre el proceso de mudarnos de PR a EU y cómo en ese proceso de perder, crecimos. Esta vez, enfatizo en el verso 1 en el que declara que hay tiempo para todo.

Me gusta escribir en un diario. No lo hago todos los días, pero me gusta escribir cuando una situación lo amerita y sobre todo cuando siento que Dios me enseña algo a través de un suceso. Me gusta leer lo que escribí años atrás. Veo mis reflexiones, mi proceso de crecimiento y las enseñanzas para la vida. Yo uso un journal, pero a veces uso lo que encuentre. Esta vez, encontré una reflexión escrita en un sobre que parece era lo único que tenía a mano al momento de escribirla. Fue a finales del semestre escolar, mayo 2008.  La hallé interesante porque en la diferencia de unas horas, estuve en dos lugares muy diferentes que me enseñaron algo sobre la vida. Aquí les va:

“Siempre tendremos tiempo para todo… Es interesante el contraste que estoy viviendo ahora, con el que viví hace unas horas atrás. Esta mañana estuvimos en la actividad final de los maestros en un pub de Río Piedras. Tuvimos que vestir la moda de los ‘60 y ’70. La música, las luces, el jolgorio, estuvo “brutal”.

Hicimos juegos, bailamos y hasta yo canté en un karaoke una canción “corta venas”. Agradecí a las muchachas que organizaron la actividad porque lo disfrutamos mucho, nos distrajimos del afán de la escuela… lo necesitábamos.

Sin embargo, ahora estoy en un lugar diferente. Salimos de la actividad; Purita me dejó en la escuela y George no ha llegado a buscarme. No hay nadie en la escuela, pero el portón está abierto porque los jóvenes de la comunidad vienen en las tardes a jugar baloncesto.  Estoy sentada en una silla, leyendo un libro y hay un total silencio. Hay una brisa exquisita y las hojas se mueven con tranquilidad. Veo la escuela totalmente vacía pero no se ve deprimente. Al contrario, se ve como un lugar especial. El lugar para realizar muchas cosas maravillosas. El lugar donde cada día laboramos y nos ganamos nuestro pan.

Al principio estaba frustrada porque no podía abrir mi salón. Ya me imaginaba terminando de archivar documentos y completando el papel de las becas pendientes de mis estudiantes de educación especial. Pero Dios quiere que esté aquí sentada. Sentada sin hacer nada. Oyendo los pájaros cantando y las hojas meciéndose.

Todo tiene su tiempo. Tiempo de ruido, tiempo de silencio. Tiempo de trabajar y tiempo de descansar. Yo creo que Dios quiere que disfrutemos ambas experiencias: el bullicio de la gente, la alegría de la música y la tranquilidad del silencio. Él quería que disfrutara la actividad final de semestre, pero también el estar sentada sola en la escuela. Fueron dos experiencias totalmente diferentes, pero ambas necesarias para la vida.

Dios me habló a través de ambas experiencias. Es importante la alegría, el baile, cantar, la amistad, la soledad, el silencio, la tranquilidad.”

Repasando esta experiencia trece años después, me hace pensar que a veces me desespero preguntándome que pasará con esto o aquello o si está bien si hago esto otro. También pongo límites a Dios en la manera en que él piensa y quiere de mí, y también cómo se manifiesta a nosotros. Esta experiencia me hace pensar en los versos 11-13 de Eclesiastés: Él, en el momento preciso, todo lo hizo hermoso; puso además en la mente humana la idea de lo infinito, aun cuando el hombre no alcanza a comprender en toda su amplitud lo que Dios ha hecho y lo que hará” (DHH).  “Yo sé que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse y pasarlo bien en su vida. Y también, que es un don de Dios que todo hombre coma y beba y goce del fruto de todo su duro trabajo” (RVR 2015).

“Siempre tendremos tiempo para todo”, así comencé mi journal. Me gusta esa afirmación porque denota confianza. Porque, aunque no podamos cambiar o volver atrás en el tiempo, podemos confiar en que Dios trasciende el tiempo. Él nos da nuevas oportunidades que podemos aprovechar. Tenemos una bella promesa en el mismo pasaje de Eclesiastés 3, verso 15: Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.

jueves, 15 de abril de 2021

El "default" de la naturaleza humana

 


La mejor forma de viajar en la Ciudad de New York es caminando o en tren. Mientras vivimos allí, nosotros caminábamos y viajábamos en tren todo el tiempo. Era interesante ver cuanta variedad de culturas y de personas existen en el mundo. A veces era fascinante pensar hacia donde se dirigían las personas o a qué se dedicaban. Una vez vimos unas personas en la estación del tren de Brooklyn que parecían del siglo 19. La maleta, la ropa y hasta la postura de las personas era como de otra época. Sin embargo, también nos enfrentábamos a la locura del bullicio y las caras de preocupación, amargura y hasta de indiferencia que veías en el rostro de algunas personas. Yo me preguntaba: ¿Cuál será su vida? ¿Qué situación estarán atravesando?

En estos días una amiga me contó el cómo hace años atrás, ella perdió dos familiares de la manera más inexplicable posible. Ella me dijo: “Cuando sucede algo así de manera inesperada, tu vida nunca más es la misma. Hay muchos que corren hacia Dios, pero hay otros que huyen de él.” Sus palabras me impactaron. No hay palabras bonitas que puedan calmar el dolor cuando se enfrenta situaciones como las que nos contó. Lo más que se puede hacer es un abrazo y tu presencia. En una situación así, no hay nada más que hacer.

Durante años mi esposo y yo hemos reflexionado en la pregunta, ¿Por qué sufre el ser humano?  Hemos buscado respuestas bíblicas, humanas y teológicas. Recuerdo que una vez escribí un ensayo sobre ese tema mientras estudiaba en el Seminario. Hace poco escuché a un sicólogo brillante, Jordan Peterson, explicando esa pregunta. En su interpretación, él entiende que el ser humano sufre porque ese es “el default de nuestra existencia.” Su explicación me hace recordar la historia en Génesis 3; de cómo el ser humano erró y esa vino a ser su naturaleza.

Peterson no lo dice sólo como una teoría, él lo vive en carne propia. Él es una persona afligida por la depresión. Él ha reflexionado que, al comprender la realidad, que el sufrimiento es el default de la naturaleza humana, ha aprendido a ser a agradecido. Ha encontrado una mejor manera de ver y vivir la vida.

La solución que presenta Jordan Peterson, me recuerda la cita de Pablo en 1 Tesalonicenses 5:16-18, “Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.” (NVI)

¿Qué actitud es mejor para vivir?  Decir, "Oh, ¡mira lo que me pasa! Yo merezco mejor…  ¿por qué tantas dificultades y sufrimiento?" O mejor decir, "la vida está llena de dificultades y dolor. A veces siento que es injusto esto o aquello, pero estoy agradecida por..." Pensar en las pequeñas cosas que a veces damos por sentado.

En la conversación con mis amigas, reflexionábamos que las dificultades nos ayudan a crecer y ser mejores personas. Cuando enfrentamos una situación difícil parecida a una que ya hemos vivido, tenemos más herramientas para manejarlo. “Oh, ya recuerdo que, si hago esto o aquello, tendré este resultado.”

Como dije anteriormente, contestar la pregunta, ¿Por qué sufre el ser humano?, es complicada y puede tener muchas ramificaciones. Tampoco pretendo presentar una solución simple, porque no la hay. En mi caso, mis amigas y yo hemos aprendido que los problemas nos hacen tener los pies en la tierra, pero con nuestros ojos puestos en el Cielo. Einstein dijo una vez: “Hay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen milagros, la otra es creer que todo es un milagro.” Yo prefiero vivir creyendo que todo es un milagro.

Aquí les dejo algunas palabras de Jesús que pueden llenarte de ánimo:

El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.” Juan 10:10 (NVI)

“Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. Juan 16:33 (NVI)



lunes, 4 de enero de 2021

Reflexiones personales durante el año 2020

 

El año 2020 fue difícil para tanta gente. Yo no tengo suficientes palabras para solidarizarme con aquellos que perdieron familiares, sus trabajos o los esfuerzos de toda una vida. Lo que sí puedo decir es que, la vida es diferente para todos. La rutina de todos cambió. Nuestra forma de trabajar, la forma en que los niños estudian, la forma de comprar e ir a los lugares; todo cambió.

La gente comenzó a ayudarse. Vi noticias de cómo enviaban comida a los hospitales para los trabajadores. Personas desde sus casa hicieron mascarillas y las donaban. Todos agradecían el esfuerzo de los “trabajadores esenciales”. Hasta google dedicó durante varios días su página a ellos, incluyendo a los maestros.

 

Los maestros de mi escuela hicimos un video dedicado a los estudiantes. Muchísimas escuelas lo hicieron. Muchos grupos, incluyendo las iglesias, hicieron un esfuerzo por conectar la gente. Comencé a recibir talleres por internet que trataban diversos temas para apoyar a los maestros y a los estudiantes.  En uno de los talleres, una de las reflexiones fue la siguiente foto. La encontré tan práctica que hice un screenshoot y la pegué en una página de word, como el taller fue cercano al 19 de abril, lo recibí como un regalo de cumpleaños.








Balance, empatía, disposición para aprender, "solamente hazlo", simplicidad y encontrar alegría; palabras que parecen muy sencillas, pero son poderosas cuando se ponen en práctica en la vida diaria. 





Cuando abrí la computadora el día de mi cumpleaños; tuve que hacer un screenshoot otra vez. Fue una perfecta analogía de esta pandemia. El cielo nublado, un camino y al final un faro. El cielo nublado son las situaciones difíciles que ocurren a nuestro alrededor, el camino es la vida que vivimos y el faro es Dios; que alumbra e ilumina nuestro camino a puerto seguro.

En momento difíciles Jesús nos recuerda: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”       Juan 8:12 VRV

Me di cuenta que yo estaba usando mucho más la computadora. Con frecuencia aparecía una hermosa foto de Microsoft. Yo siempre uso mis propias fotos para mis reflexiones, pero muchos de los screensavers de Microsoft, comenzaron a hablarme acerca de una realidad de Dios o de mi vida. Así que continué haciendo screenshoots tipo journal. Aquí comparto algunas de esas fotos y mis reflexiones.


11 de junio - Me impacta esta foto. Fue el screensaver el día de nuestro aniversario de bodas. Me dice sobre un nuevo día que comienza para nosotros y la promesa de Dios: “Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo.” Jeremías 29:11 VDHH

 


17 de julio de 2020 - Esta fotografía me hizo pensar cuando nos mudamos de PR a New York en el 2017 - ¿Como nos cambió la vida vivir en NYC? ¿Qué significó para nuestro matrimonio? ¿Qué significó para nuestro desarrollo personal?

Pensemos en que lugares hemos estado. ¿Qué aprendiste? ¿Qué aprendieron otros de ti? Cada experiencia es una de aprendizaje y una oportunidad de crecer.

Viene a mi mente Isaías 46:4 - Aun hasta vuestra vejez, yo seré el mismo, y hasta vuestros años avanzados, yo os sostendré. Yo lo he hecho, y yo os cargaré; yo os sostendré, y yo os libraré. Versión BLA


25 de agosto de 2020 – estaba ansiosa porque era el comienzo de clases de forma digital. Nuevos apps, nueva experiencia enseñando live, nuevos retos… Cuando vi este screensaver vino a mi mente: “Estad quietos y conoced que Yo soy Dios… Jehová de los ejércitos está con nosotros, nuestro refugio es el Dios de Jacob.”  Salmo 46:10 y 13 VRV

 


30 de septiembre - Yo seguía con preguntas en mi cabeza, sentía ansiedad… y al ver esta foto fue como un “¡clap!” frente a mí: ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.” Isaías 40:28

Al ver las estrellas, me hace recordar que hay un Dios organiza de forma constante las estrellas. De esa misma manera organiza nuestra vida. (Ver reflexión del 17 de julio de 2018 – La consistencia de las estrellas)


8 de noviembre – Al ver esta foto vino la pregunta: ¿Qué nos espera el nuevo año? La profundidad de la foto me hizo pensar: No lo sé pero Dios nos acompaña y nos invita a mirar la belleza del paisaje y cuán lejos podemos llegar.

  

 


10 de noviembre – Es imposible ver esta imagen y no pensar en las palabras de Jesús: El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Juan 7:38. VRV

El día anterior había escuchado una reflexión de Joyce Meyer que giraba en torno a esta verdad: conoceremos la verdad, y la verdad nos hará libres. Y esa libertad fluirá como cascadas.

 



7 de diciembre – ¡Qué mucho contrasta esta imagen con la anterior!

Hoy me siento en el desierto, es una ilustración como mandada a pedir…

No olvidar la promesa de Dios: “En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca. Isaías 41:18


17 de diciembre – día de la tormenta de nieve, gran contraste con el desierto.

El meteorólogo dijo que la tormenta era muy fuerte; se llevaría las hojas que quedaban en los árboles y explicó que esto era bueno. Me hizo recordar la última reflexión que escribí: Los colores del otoño. ¿Por qué es bueno que las hojas caigan de los árboles? Te invito a leer esa reflexión.

 


22 de diciembre – Al principio me costó trabajo identificar ese lugar pero ese techo y los arcos son inconfundibles si observas los detalles. Esto es en el Parque Central de New York.

Ahí estuve yo… pero parece un lugar diferente porque esta foto le dio una nueva perspectiva… ¿Cómo tener una nueva perspectiva aunque esté en el mismo lugar? Debo pensar en  nuevas posibilidades, nuevos retos, nuevas bendiciones para el nuevo año. Así nos ayudé Dios.