miércoles, 25 de julio de 2018

El problema de la amargura


Lectura bíblica: Salmos 40

Conozco personas que, porque tuvieron una situación muy difícil en el pasado o tomaron malas decisiones en un momento dado, se han amargado de tal manera que no pueden disfrutar las bendiciones que tienen en el presente. A la verdad que es difícil perdonar a los que hicieron daño o perdonarse a uno mismo por los errores cometidos; pero lo cierto es que, si no lo hacemos, esa espina se convierte en una bola de nieve que va rodando barranca abajo volviéndose cada vez más grande.

Si lees un poco más sobre los efectos de la amargura, los especialistas comentan que una de sus consecuencias son múltiples enfermedades físicas. Comparto un enlace muy interesante (es en inglés)  https://psychcentral.com/news/2011/08/10/bitterness-can-make-you-sick/28503.html 

Para mí varios problemas de la amargura es que no te permite ver lo bueno que tienes. Te hace creer siempre que eres la víctima. Tampoco te deja ver claramente, para entonces buscar una solución a los problemas que estás viviendo. El apóstol Pablo en la carta a los Efesios recomienda que quiten la amargura de su vida (Efesios 4:31) La Biblia dice también en Proverbios 15:13“El corazón alegre hermosea el rostro; mas por el dolor del corazón el espíritu se abate”.

Cuando nuestro primer hijo tenía 4 años, yo estaba en una gran crisis. Las dificultades económicas, la ardua tarea de ser madre y profesional a la vez; y otras circunstancias que estaba viviendo, me sumieron en un pozo. Una tarde, luego de una situación muy frustrante, me di cuenta que me estaba amargando. Comencé a comprender el daño que la amargura producía a mi vida. Tomé un papel y un lápiz, y las ideas salieron a borbotones:

La amargura es una cosa terrible. Corroe por dentro como el salitre al hierro…
La amargura no te permite disfrutar de la vida. Siempre sientes que la misma es injusta y pocas veces hace algo bueno para ti.
La amargura hace que mires a otros con envidia porque “parecen” tener todo lo que no tienes: paz, dinero, amistad, libertad, sonrisa, abundancia, amor…
Si le haces caso a la amargura, sigue tejiendo tu alma de tal manera que quedas enredada cada vez más. Porque cada vez sientes que te hieren más; porque cada vez sientes que otros son felices y tú no.
Cada vez vas cayendo en un pozo muy profundo del que no puedes salir sola. Entonces, la amargura da paso a la depresión y ésta te hunde cada vez más. Ese pozo lo ves profundo, lo ves tan oscuro que ni siquiera puedes ver tus manos. Entonces, ¿cómo vas a caminar así? ¿Cómo vas a caminar en oscuridad?... Tú vida se detiene gracias a la amargura.
¿Vale la pena? ¿Vale la pena detener tu vida cuando sabes que el tiempo sigue corriendo?
ü  Pierdes ver tu hijo crecer…
ü  Pierdes los hermosos atardeceres…
ü  Pierdes la sonrisa de un niño…
ü  Pierdes la oportunidad de crecimiento…
ü  Pierdes la oportunidad de abrir nuevas puertas…
ü  Pierdes la oportunidad de ver el sol…
ü  Pierdes a tu familia…
ü  Pierdes la belleza de la naturaleza…
ü  Pierdes amigos.
¿Qué vas a hacer entonces? ¿Vas a sacudirte de toda la amargura, el coraje y la represión? ¿O vas a seguir acumulándolo?
Entrégale tu amargura a Dios.
Entrégale tus máscaras a Dios.
Entrégale tu vida a Dios.
Entrégale tus sueños a Dios.       
Cada día acércate a la Fuente que salta para vida eterna y entrega tu amargura a él (Juan 4:14-15). Dile que te sane, dile que te libere de las cadenas de la amargura. Además:
ü  Respira profundo.
ü  Agradece por las cosas pequeñas.
ü  Agradece por lo que tienes.
ü  Saborea, huele, mira, toca, oye; pues tus sentidos te los dio Dios.
ü  Busca la paz y síguela (Salmos 34:14b).
ü  No te molestes por cosas pequeñas, no vale la pena.
ü  No busques controlarlo todo, eso no es posible.
ü  Acepta las cosas que no puedes cambiar en estos momentos.
ü  ¡¡No te quejes!!
Si no sacas la amargura, ese volcán pronto estallará en enfermedades físicas y mentales. ¿Vale la pena? NO. Deténte. Respira. Levanta tus ojos a la parte de arriba del pozo y allí está Jesús con sus manos extendidas para sacarte. Permítele que te saque de ahí. La vida no se puede contemplar desde un pozo. La vida hay que mirarla desde las alturas. Pídele a Jesús que te lleve, él lo hace.
Jesús te saca del pozo (Salmo 40:2), te lleva a las alturas (Habacuc 3:19) y te hace descansar (Mateo 11:28).
                                               (María Teresa, 25 de mayo de 2010)

Doy gracias a Dios por quitar la amargura, por sacarme del pozo… todavía Dios está construyendo mi vida, porque es un proceso de todos los días. También Dios quiere construir algo nuevo en tu vida.

domingo, 22 de julio de 2018

La influencia familiar


                                          Lectura: Deuteronomio 6:5-7
Mi esposo George me comentaba que la función de un padre es tan importante que impacta la vida de los hijos, ya sea para bien o para mal.  Me dio el ejemplo de Bryce Dallas Howard, la joven protagonista de “Jurassic World”. Ella es la hija del actor y director Ron Howard. Sus hermanos también son artistas. Ese padre transmitió a sus hijos su pasión por las artes y hoy en día recibe el fruto de su trabajo.

George continuó diciendo: De la misma manera, cuando un padre abandona a sus hijos, cuando una madre no los disciplina, la vida del hijo se va barranca abajo. Ese mal fruto, lamentablemente lo vemos todos los días en las noticias.

Proverbios 22:6 dice: “Instruye al niño en su camino, Y aún cuando fuere viejo no se apartará de él”. Este texto puede referirse a enseñar el amor y la presencia de Dios en la vida diaria a nuestros hijos, sobrinos y nietos, como se menciona en Deuteronomio 6. Pero también puede referirse a instruir a los niños y niñas en otros aspectos de la vida como la educación, el amor a la lectura, los buenos modales, el respeto a los demás y ayudarles a identificar aquellas cosas que le apasionan para que encuentren su vocación. Cuando pienso en todo esto, siento la gran responsabilidad de lo que significa guiar a un pequeño ser humano. Todos los padres, madres, tías, abuelas, maestras, los entrenadores de equipos de deportes y otros debemos pedir sabiduría a Dios para guiar a estos pequeños tesoros.

María Montessori, científica y maestra, dijo una vez: “La educación desde el comienzo de la vida podría cambiar verdaderamente el presente y futuro de la sociedad”. La tarea de educar y guiar espiritualmente a nuestros niños y niñas es esencial para una mejor sociedad. Que Dios nos ayude en esta gran tarea porque si los guiamos por buen camino, eso los puede acompañar el resto de su vida. Que podamos ver el buen fruto de nuestro buen trabajo.


martes, 17 de julio de 2018

La consistencia de las estrellas


Lectura: Salmos 19:1-6

Desde pequeña me ha gustado mirar el cielo. Recuerdo que me llamaba la atención como la luna parecía que corría al lado de nosotros mientras papi o mami guiaba el carro…

Cuando en 1995 fui a NY con papi, recuerdo que por la ventana del avión se veían tantas estrellas hermosas. Debajo de ellas había una gran nubosidad que no se podía ver para abajo. Recuerdo que pensé: "en la tierra no se puede ver todas estas estrellas tan hermosas por tantas nubes. Así pasa en nuestra vida. A veces las dificultades no nos dejan ver las cosas hermosas que hay detrás de ella."

Una vez mi hijo mayor, George David, tenía una tarea de la escuela en el que tenía que observar por una semana como se veía el cielo de noche. Las estrellas se veían tan cerca y brillantes. Era en el tiempo de otoño y recuerdo que vimos parte del centurión de Orión, lo que llaman "los Tres Reyes Magos", vimos estrellas fugaces y hasta un murciélago volando. Observamos que las estrellas se mantenían en orden. Cada día, a la misma hora, veíamos las mismas estrellas. En verano hay unas estrellas, en otoño otras, pero año tras año ese orden permanece a pesar de los nuevos descubrimientos que los científicos puedan identificar.

La consistencia de Dios es real como lo son las estrellas. A veces para el ser humano es difícil comprender como eso puede ser posible. En los capítulos 38 y 39 de Job, el escritor expresa como a través de la naturaleza se ve el poder y la consistencia de Dios; y como el ser humano no puede explicar muchas de las maravillas que vemos en la naturaleza. Me parece que estos capítulos son una enseñanza de humildad ante la maravilla de la naturaleza y confianza en la sabiduría de Dios.

Hace más de un año salí del país en que nací, Puerto Rico. Demás está decir que ha sido un proceso de adaptación y todavía me estoy acomodando. Muchas fueron las noches que buscaba las estrellas que veía en la Isla porque al mirarlas, recordaba la fidelidad de Dios. ¿Dónde están las estrellas en NYC?  Una ciudad afectada grandemente por la contaminación lumínica, hace realmente difícil ver las estrellas.


Luego que pasó el huracán María por Puerto Rico, yo estaba entristecida por la situación que estaba atravesando la Isla. Una noche me acerqué a la ventana añorando ver las estrellas que veía en Puerto Rico; y para mi sorpresa, ¡allí estaban! ¡hasta "los Tres Reyes Magos”! Jamás había visto tantas estrellas en NY y sobre todo en un día tan nublado como lo había sido ese día. Entonces, sentí unas palabras que me hablaron al corazón: "El mismo Dios que acompaña a Puerto Rico, es el mismo que te acompaña aquí, en NY." Quizás las circunstancias no nos dejan ver la presencia de Dios. Es difícil comprenderlo en medio de terremotos, huracanes, volcanes e incendios forestales, pero esa es la esperanza que nos sostiene. Dios dará orden a nuestra vida. Recuerdo que lo escribí en Facebook en una despedida de año, en el 2015, un año verdaderamente caótico para mi familia.

“Dios, gracias por acompañarnos durante este año. Estuviste en el valle, en la montaña, en la tormenta, en la sequía, en la cueva… (hoy le añado, en el desierto). En todo lugar y en toda circunstancia. Esperamos un buen año, porque aunque aquí en la Tierra haya un caos, al mirar la consistencia de las estrellas nos recuerdan la firmeza y la fidelidad del DIOS creador que mantiene en orden el universo. Gracias Dios, gracias Padre…”

Isaías 54:10 dice: “Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti.”

Nuestra vida puede estar en caos, pero Dios dará orden a nuestra vida.


sábado, 14 de julio de 2018

Siéntate, Marta


Lectura: Lucas 10:38-42

Cuando escuchaba predicaciones sobre Marta y María, me retumbaba en la cabeza las palabras de Jesús: “Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas, pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte la cual no le será quitada” (Lucas 10:41-42) … esas palabras me confrontan porque yo soy Marta…
Marta y María eran dos amigas de Jesús que junto a su hermano Lázaro recibían en su casa con frecuencia, a Jesús y a los discípulos. Marta era quien atendía los invitados, preparaba la cena, lavaba los pies a las personas luego de un camino polvoriento y les servía. Sin embargo, María se sentaba a escuchar a Jesús. Definitivamente eso era mejor que hacer cualquier otra cosa. “Pero, ¿quién haría las demás cosas? Lo que hacía Marta también es muy importante.” Esa siempre era mi justificación para estar corriendo de un lado a otro y no detenerme a descansar un poco. Entonces, un día tuve una lección impresionista sobre lo que significa sentarse a los pies del Maestro y también servir. Fue tan impactante para mí que terminé escribiendo una reflexión:

Eran las 3:15 de la tarde. Acabábamos de llegar del trabajo cansados. Quería aprovechar el tiempo: cocinar, fregar los trastes, guardar tres pilas de ropa lavada, organizar la casa para luego salir otra vez. Todo esto lo tenía en mente hasta que mi hijo de tres años se le ocurrió que quería salir a jugar. No podía dejarlo ir solo, era muy pequeño y además pasaban carros y no teníamos verja. A “regañadientes” me senté afuera con él y comencé a leer un libro.

De pronto, sentí que estaba en una escena paradisiaca. Sentía la brisa que soplaba y la sombra de los árboles. Escuchaba a mi hijo jugar tranquilamente con sus carritos en la tierra; y yo leyendo un buen libro. Me reí y me pregunté como prefería estar fregando y recogiendo afanada en vez de estar sentada descansando, disfrutar mi hijo y un libro inspirador.
Viene a mi mente la imagen de María y Marta. Marta servía a los invitados, María escuchaba a Jesús. Ambas hacían cosas importantes, pero María escogió la MEJOR.

No podemos dejar de hacer nuestros quehaceres diarios (porque sabrán que mi hijo me pidió de comer más tarde); pero es la invitación a detenernos un momento en medio de nuestro afán diario y contemplar las maravillas del Señor.

Siéntate… siente la brisa y la sombra de un árbol.
Siéntate… observa a tus hijos, sobrinos, nietos.
Siéntate… lee un buen libro que edifique tu vida.
Siéntate… dedica un tiempo a tu Señor y medita en su Palabra.
Siéntate y sentirás un alivio en tu corazón. Verás por un momento que Dios te ilumina y te indica el camino a seguir. Verás cómo te dará descanso y las cosas que parecían demasiado importantes, se reemplazan por aquellas sí más importantes: Dios, la familia, el descanso, la paz.
Muchos años han pasado de aquella experiencia. Bregar con el afán y las prioridades es una lucha constante. Muchas veces he tenido que detenerme y preguntarme que es lo más importante. La historia bíblica reseñada y la experiencia con mi hijo contestan la pregunta: Dios, la familia, el descanso, la paz.

miércoles, 11 de julio de 2018

Aliento para el camino



…Levántate y come, porque largo camino te resta. 1 Reyes 19:7b

Lectura: 1 Reyes 19:1-8

En los capítulos 17 y 18 de 1 Reyes, Elías, un profeta de Dios, vivió experiencias impactantes y era evidente la presencia de Dios en su vida. Dios había hecho provisión y había contestado sus oraciones. Sin embargo, al comenzar el capítulo 19, recibe una amenaza de muerte de la reina Jezabel y huye al desierto temiendo por su vida. Deseó morirse, le pidió a Dios que le quitara la vida… estaba deprimido.
En el caminar de la vida encontramos alegrías y deseos cumplidos, pero encontramos también dificultades y sucesos inesperados. Muchas veces simplemente estamos extenuados por el afán diario y la vida se convierte en una rutina de la que no podemos escapar. Otras veces encontramos grandes retos como la condición de salud de un hijo o la pérdida de un empleo. Para todas estas situaciones, necesitamos aliento para seguir adelante.
En el relato bíblico, Elías recibió alimento y agua para continuar caminando. Nosotros podemos hallar alimento y agua espiritual para fortalecer nuestra alma. En la Biblia, Jesús nos dice que él es el Pan de Vida (Juan 6:35) y nos ofrece agua viva (Juan 4:13-14). La oración, la meditación en la Palabra de Dios, la lectura de reflexiones son algunas maneras de fortalecer nuestra vida para seguir adelante como siguió Elías.
El propósito de este blog es que podamos hallar a través de la Biblia y de experiencias personales, una palabra de ánimo y esperanza en tiempo de incertidumbre; palabra de sabiduría y exhortación en tiempo de aprendizaje. Mujeres y hombres en la Biblia recibieron aliento para seguir el camino, nosotros y nosotras también lo recibiremos. Dios nos acompaña.